Más allá de la cura viene el dolor: “aún no puedo creer que mi mamá esté muerta”

[ Por: Alicia Ortega ] / martes 14 mayo, 2019 - 1:25 PM

Por: Kharla Pimentel

SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Con las recientes impresas fotografías de su madre en las manos, Marcelina Beltré acaricia el papel que muestran las mejillas color canela de su progenitora.

Las imprimió justo a los seis días de su fallecimiento. Dice creer que vive en un sueño, del cual quiere despertar, “no asimilo nada que mi mamá me falte porque como madre para mí fue hermana, mi amiga, mi confidente en todo. Cuando yo tenía algo sea bueno o malo era alguien de la cual yo recibía apoyo”.

Su madre Miguelina Herrera Suárez, de 48 años de edad, falleció el pasado 4 de mayo en el hospital Traumatológico y Quirúrgico Profesor Juan Bosch donde un mes antes había sido intervenida quirúrgicamente por una histerectomía total tras presentar complicaciones uterinas por un mioma en el órgano.

Lo que debió ser la solución a meses de dolor y constante sangrado, se convirtió en largos días de sufrimiento para la familia Beltré Herrera, quienes creían que Miguelina saldría de sus problemas ginecológicos tras la cirugía que se llevó a cabo el 21 de marzo.

Dicho día resultó ser el último de regocijo, los demás terminaron siendo un viaje constante hacia hospitales por los síntomas que presentaba Miguelina estando en su casa a los dos días de ser dada el alta.

“Al segundo día presentó dolores, mi mamá decía que no podía soportarlos y decidimos llevarla al hospital municipal de Piedra Blanca en Bonao”, dice su hija, refiriéndose a un hospital de segundo nivel y de mínima atención donde solo se encuentra una enfermera  y un médico en el área de emergencias.

Allí solo recibía una atención básica que se trataba de medicamentos para la fiebre y una posible infección en la herida de la cirugía del 21 de marzo.

“Fuimos varias veces, pero era entrar y salir, entrar y salir”, así permanecieron durante 12 días según cuenta Marcelina, pero no se mejoraba y su vientre seguí creciendo cada vez más.

El doceavo día Marcelina recibe la llamada de su padre, José Beltré, quien decide trasladarla al hospital Juan Bosch donde había sido intervenida por el mioma y allí descubren la causa  “mi mamá estaba llena de pipi y se estaba pudriendo por dentro”.

La perforación de la vejiga urinaria era la causante de todos sus males. “Ellos me dijeron que cuando la estaban operando le hicieron una incisión en la vejiga”, incisión que pasó desapercibida para los médicos cirujanos, los que le dieron seguimiento a su recuperación y los profesionales que le dieron asistencia en emergencias. Nadie se percató de lo que pasaba dentro de Miguelina.

Y aun así, según sus familiares, pasó cuatro largos días más sin la atención adecuada y sin ser nueva vez intervenida para corregir la perforación que todavía brotaba.

A tres cirugías más fue sometida la madre de cuatro y esposa de más de 30 años de José Beltré, pero ninguna dio resultados.

“Quienes hicieron el primer daño lo hicieron mal entonces vuelven y lo hacen por segunda vez y lo hicieron mal, ¿Por qué? ¿Se puede tener un error y hasta dos, pero ya llegar a 4?”, reclama Juan Beltré mientras observa el arreglo floral que compró para adornar el ataúd de su esposa mientras recuerda aquella llamada de su hija para anunciar la muerte de su eterna compañera.

“Ella me dijo “cayó en coma” entonces mi corazón me hizo así, y puse el teléfono a cargar ahí y cuando a los 20 minutos me dice ´papi, murió mami´”, recuerda.

“No hubo negligencia ni descuido”

El director del Hospital traumatológico y quirúrgico profesor Juan Bosch, Andrés Rodríguez, aseguró que la muerte de Miguelina no se debió a negligencia médica y que tuvo la atención que ameritaba dentro de su cuadro.

Asimismo señaló que las condiciones de salud de la mujer indujeron a que falleciera de una embolia pulmonar que le provocó a su vez un paro respiratorio. Sin embargo, en ningún momento adjudicó su muerte a la perforación de la vejiga que causó que drenara hacia su interior la orina durante casi dos semanas.

Y aunque lamentó la muerte de Miguelina, aseveró que se realizó una revisión del expediente por todo el personal involucrado que arrojó factores que la llevaron a complicaciones de salud pero supuestamente no fueron provocadas por la perforación de la vejiga.

“Tiene una obesidad mórbida lo que significa que tiene un sobrepeso que no le ayuda, es hipertensa, y es diabética, todas estas con morbilidades de la paciente llevan que no tenga una recuperación cómo uno espera”, explicó el médico internista y cardiólogo y quien a su vez argumenta que las perforaciones a la vejiga urinaria son frecuentes en procedimiento ginecobstetricos como este.

Igualmente estableció que “sí la paciente hubiese venido inmediatamente cuando comenzó a sentir la molestia al segundo día de estar en su casa lo más probable es que se hubiese detectado inmediatamente el problema y no hubiese llegado al estado de hipoabulimubia y a la anemia que tenía y se hubiera con tiempo corregido ese problema”, resalta deficiencias de sangre, proteína y hasta anemia que le afectaba a Miguelina a la hora de volver al Juan Bosch cuando ya tenía semanas llena de orina y pudriéndose en su interior.

Gineco obstetras consultados por El Informe con Alicia Ortega y  reportes en internet, confirmaron que una de las complicaciones frecuentes de las histerectomías es precisamente la perforación de la vejiga. Sin embargo dicen no debe provocar la muerte porque se repara de inmediato y se coloca una sonda para eliminar el líquido previniendo así una fuga interna.

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