SANTO DOMINGO.- El traslado de personas por la fuerza, generalmente a punta de pistola, es un delito que ha cobrado impulso en las últimas semanas.
El modus operandi es el mismo, varios hombres interceptan y se llevan a las víctimas a quienes intimidan y despojan de todas sus pertenencias, en algunos casos golpeándoles de manera salvaje, y dejándoles abandonadas en lugares solitarios.
Las denuncias sobre lo que algunos llaman secuestros exprés, depositadas ante la Policía y el Ministerio Público, confirman que se trata de casos reales desarrollados por hombres armados que siguen un mismo patrón que incluye vigilancia, seguimiento y finalmente la desagradable sorpresa.
Llama la atención que durante un allanamiento en una finca en Hato Mayor perteneciente a Esterlin Rikelvin Vilorio fueron encontrados por lo menos siete recibos de venta de prendas a tres joyerías diferentes y recibos de pagos de varios vehículos entre ellos un camión y hasta un cuaderno con anotaciones sobre transacciones económicas y números de teléfono, según la solicitud de medida de Coerción.
Los casos de Gerhart Mercedes y Braulio Diaz todavía no han sido judicializados.
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