SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Los dirigentes empresariales de Haina celebraron con bombos y platillos que esa localidad de unos 200 mil habitantes había sido sacada de la lista entre los diez sitios más contaminados del planeta.
Pero la salida de ese municipio cercano al Distrito Nacional del oscuro listado no ha sacado a ese pueblo de las penurias en que sobrevive, dividido entre la pobreza y la riqueza.
Las quejas más constantes entre los haineros incluyen que sus dirigentes políticos, con muy pocas excepciones, solo visitan al pueblo en tiempo de campaña cuando procuran los votos necesarios para ascender a los puestos.
La aspiración más latente es que ahora que se avecina un nuevo torneo electoral no se repita la historia, de manera que los graves problemas de Haina comiencen a enfrentarse con seriedad.
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