SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Vivir con las secuelas del Ácido del Diablo es dramático.
La radical transformación que se registra en la vida de aquellos que son rociados con la letal mezcla de químicos solo la pueden describir los que están prácticamente muertos en vida.
La pérdida de facultades y la gravedad de las quemaduras, sumadas a la lentitud de la recuperación y la lucha por conseguir justicia en los tribunales, se convierte en una dura y constante batalla acercarse a la normalidad.
Mediante la resolución 104-10, Proconsumidor prohibió en 2010 la venta al público de los productos utilizados para la fabricación del ácido del diablo.
Cuatro años después la venta sigue indiscriminadamente, a esto se suman otros productos que son igualmente dañinos.
Entretanto, en los próximos días el Ministerio Público de Baní apelará la decisión judicial que descargó a Wellington Peguero Guerrero del atentado en contra de Josefina Arias.
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