A lo largo del tiempo, los cónclaves han sido momentos clave para la Iglesia católica, ya que cada nuevo Papa aporta su propia influencia y deja su huella. Aunque siempre circulan listas de papables, no siempre el electo figura entre los nombres previamente mencionados. El proceso se lleva a cabo con extremo hermetismo y conforme a la constitución apostólica. Desde el miércoles 7, los ojos del mundo estarán puestos sobre el Vaticano, a la espera del humo blanco que anuncia el Habemus Papam.