SANTO DOMINGO.- Pese a lograr atención médica en las emergencias o en las consultas rutinarias y obtener una receta, llueven las quejas de pacientes que acuden cada día a los hospitales debido a alguna emergencia o para asistir a una consulta rutinaria, pero al recibir una receta médica, no encuentran lo indicado en las llamadas Farmacias del Pueblo.
Como disco rechinan esos reclamos de quienes se quedan sin los fármacos o de los casos en que algunos de los medicamentos podrían ser sustituidos por otros similares y que forman parte de los casi 800 medicamentos esenciales que agrupa el catálogo de PROMESE.
La decisión final de qué prescribir recae sobre el médico que atiende al paciente, quien no siempre opta por las opciones más económicas que pueda haber en las boticas.
Quizá el gran desafío que tienen las autoridades es mantener abastecidas permanentemente las 604 farmacias populares diseminadas en todo el territorio nacional, sobre todo las que funcionan en los propios hospitales públicos.
Mantenerlas siempre abastecidas representaría un gran alivio para los sectores de escasos recursos.
Además, siempre y cuando fuera posible, lo ideal sería los médicos prescribieran los medicamentos disponibles en las boticas populares.
¿Qué dice la población que acude a los hospitales públicos en busca de salud?
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