SANTO DOMINGO.- Dos familias marcadas por la tragedia en menos de 48 horas.
Dos feminicidas, uno muerto y otro prófugo, ambos arremetieron contra los parientes de sus víctimas dejando una estela de muerte y dolor justo en el mes de la familia y de la No violencia contra la Mujer.
Las denuncias y órdenes de alejamiento no pudieron evitar la crónica de una muerte anunciada, pues en ambos casos los asesinos manifestaron su deseo de matar sin que nada ni nadie pudiera impedir el baño de sangre que dejó seis muertos y cuatro huérfanos. Esto sin contar un tercer feminicidio que resultó en otros dos fallecimientos en Santiago.
Las estadísticas de la Procuraduría General de la República contabilizan 43 mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas entre enero y septiembre de este año. Urge una revisión y cambio de los protocolos establecidos en el Plan Nacional en contra de la Violencia de Género implementado en 2017, que permite acuerdos y actas de compromiso como las que le costaron la vida a Leyda Vicente y antes que ellas a mujeres como Anibel González y Juana Domínguez.
También la apatía en casos como el de Silvia Pozo, cuyas denuncias se quedaron en simples órdenes de alejamiento.
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