CLIENTELISMO POLÍTICO

Crece el clientelismo de la repartición de funditas. El Informe investiga las licitaciones, quiénes recibieron raciones para repartir en medio de la campaña electoral y porqué no se repartieron equitavivamente entre congresistas.

Entre la política y la necesidad social, surge el clientelismo político, las entregas masivas de raciones alimenticias que aumentan durante años electorales y se han convertido en un indicador predecible, dejando a entrever como esta práctica puede influir en la elección de un partido o candidato.

Tras seguirle el rastro a varios camiones que salian del Plan Social de la Presidencia, a poco más de una semana de las elecciones de mayo, nos adentramos en la profundidad de estas interrogantes, desde las licitaciones, cuyo gasto aumentó de un año a otro en más de un 400 por ciento, hasta a quienes van las ayudas recibidas también por diputados y senadores, tanto del partido oficialista y como de la oposición pero no equitativamente, mientras que otros candidatos y funcionarios publicas también fueron premiados.

Queremos dejar bien claro desde el inicio de esta investigación, que Yadira Henríquez, directora del Plan Social de la Presidencia, parece está huyendo, porque ni en los centros espiritistas aparece.

Los beneficiarios… El Informe consigue las extensas listas y hace comparaciones desde 2021 hasta 2024. ¿Cómo y cuándo empiezan aumentar y quiénes se llevan una buena tajada?

Más de 134 mil raciones de comida quedaron en manos de los congresistas solo en diciembre.

Hasta algunos los diputados del Parlacen, disfrutaron de este pastel.
Otras 83 mil fundas fueron a parar a manos de candidatos, funcionarios de instituciones y otras personas que levantan suspicacia por los montos que recibieron, de a 2,000 por cabeza.

La sumatoria alcanza unas 220 mil fundas, lo que representa casi un 20 por ciento de todas las raciones distribuidas en diciembre.

A la directora del Plan Social, Yadira Henríquez le decimos públicamente, que todos los funcionarios están obligados a rendir cuentas cada vez que sea necesario para esclarecer cualquier irregularidad que pueda surgir en la institución que dirigen.