SANTO DOMINGO.- El encierro producto de la cuarentena, la paralización de una vida ajetreada y los momentos de pensar en sí misma, le hicieron revivir recuerdos amargos a una joven que dice trató de enterrar un dolor perpetrado por alguien, que asegura consideraba un padre en la fe.
Justo al cumplirse dos años de los hechos que dice cambiaron su vida, entabló una querella contra su pastor evangélico por abuso sexual. Lo señalo como el hombre que la encaminaba hacía el buen sendero y luego la llevó por sendas de oscuridad.
El Informe se quedó a la espera de una entrevista con los abogados del pastor Ortiz Martínez que aunque se notaron dispuestos inicialmente a dar su versión de los hechos, jamás volvieron a tomar nuestras llamadas.
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